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Por Armando Mudrik

En el año 1914 un arqueólogo francés se encontraba en Egipto realizando excavaciones en Sile, una de las fortificaciones que estaban unidas por el “Camino de Horus”, una antigua ruta militar que se extendía desde el delta del Nilo hacia la actual franja de Gaza.

Entre las piezas que se desenterraron, le llamó la atención en particular una de unos 10 cm de largo, de piedra y con inscripciones, líneas y puntos grabados en su superficie (ver figura inferior).

Aquel arqueólogo francés no pudo saber la naturaleza del artefacto pero lo describió con gran detalle, con dibujos precisos que ilustraban sus dimensiones y forma, lo que permitió al año siguiente a dos autores por separado percatarse de que el pequeño objeto era un reloj de Sol portátil que dataría de alrededor del 320 a.C. 

Efectivamente, se estaba ante la presencia de un dispositivo transportable que brindaba la hora sin necesidad de tener que ubicar los puntos cardinales para orientarlo, sino que simplemente se apuntaba al sol manteniéndolo horizontal para obtener el dato deseado. Para apuntarlo sosteniéndolo de manera horizontal, se piensa que pudo haberse utilizado una plomada, dado que el instrumento presenta una pequeña incisión vertical donde pasaba el hilo de la plomada  (ver imagen inferior).

Este antiguo reloj llevaba las inscripciones de los meses del año egipcio pero escritos en caracteres griegos. Esto muestra que este reloj era usado al menos por griegos que habitaban Egipto, lo cual no discrepa en absoluto con la fecha en la que fue datado ya que para esa época Egipto estaba bajo la influencia de Alejandro Magno.

Otra característica de este reloj es que nos muestra que para las sociedades que lo utilizaron, el día estaba dividido en 12 horas. Con “día” nos referimos, en este caso, al período de horas de luz solar, esto significa que las horas estivales apuntadas por este antiguo reloj eran más largas que las invernales a diferencia de las horas marcadas por nuestros relojes contemporáneos que tienen todas la misma duración; por lo que entonces, en aquel antiguo esquema de segmentación horaria, el día en verano comprendía más horas que el día en invierno.

Tenemos de este modo un testimonio material del conocimiento astronómico de aquella época en aquél contexto sociocultural; horas, como ya dijimos, cuya duración variaba según la época del año, el que a su vez se dividía en doce meses, siguiendo el antiguo calendario solar egipcio. 

Una interesante réplica diseñada en Argentina

Dado su uso portable y a sus dimensiones originales (10 cm de largo y 4 cm de alto), el antiguo reloj solar hallado en Sile, en la actualidad tranquilamente podría encontrarse en la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Es decir, más allá de la ironía, este instrumento sería un accesorio factible de usar en nuestros días si es adaptado a nuestras formas de registrar el tiempo durante el día y a lo largo del año.

De hecho, Constantino Baikouzis, entusiasta colaborador de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata, diseñó y materializó una réplica del antiguo reloj de Sile para su uso en nuestros días (ver imágenes inferiores).

La réplica mantiene las características de forma, tamaño y modo de uso igual a la pieza original, pero presenta una modificación en la grilla que llevaba las inscripciones de los meses del año egipcio escritos en caracteres griegos. Empíricamente, Baikouzis, reelaboró la grilla del instrumento siguiendo los meses de nuestro calendario y horas del día de actual uso civil (ver imágenes superiores).

Veamos cómo usar este reloj portátil (que puede adquirirse en el Planetario de la Ciudad de La Plata o a través del contacto directo con Baikouzis), siguiendo algunos simples pasos:

  1. Manteniendo su base plana de manera horizontal (recurriendo a una plomada o a un nivel de burbuja), debemos simplemente apuntar en dirección al Sol. En este sentido, una forma de estar seguros de que hemos apuntado bien es cerciorarse de que el ancho de la sombra que proyecta el taco vertical delantero del instrumento, cubre exactamente todo el ancho la rampa donde está la grilla (ver imagen inferior).

  1. Sosteniendo el instrumento en la posición indicada arriba, debemos localizar en la grilla la línea que corresponde al mes de nuestro calendario en el que nos encontramos (febrero, marzo u otro). Luego, siguiendo esta línea de la grilla, debemos localizar la curva trazada sobre las líneas paralelas que es interceptada tanto por la línea del mes como por el extremo o perfil de la sombra proyectada por el taco frontal del instrumento (ver imagen inferior). sombra proyectada por el taco frontal del instrumento (ver imagen inferior)

  1. Ahora sí, una vez identificada la curva cruzada por el extremo de la sombra, podremos estimar la hora buscando la hora correspondiente a dicha curva, en la escala de horas civiles en la parte derecha del reloj (ver imagen superior). Recordemos que el horario apuntado es aproximado.

Ahora si, sabiendo cómo usar este original reloj, en un diáfano día, podemos sorprender a familiares y amigos señalandoles la hora tal como lo hacían antiguos griegos en Egipto.

 

Fuentes

“Un reloj solar en el camino de Horus” por Constantino Baikouzis http://www.infobservador.com/2014/11/un-reloj-solar-en-el-camino-de-horus/

Scott, Nora E. 1935. «An Egyptian Sundial.» The Metropolitan Museum of Art Bulletin, vol. 30, no. 4 (April), pp. 88–9.