Ya los antiguos observaron que a medida que transcurren las horas del día la dirección de la sombra de una varilla va cambiando. En base a eso se construyen, desde la antigüedad, relojes de Sol. El reloj de Sol de la Plaza Cielo y Tierra es especial. Su cuadrante no es horizontal, sino que está formado por una gran roca ubicada en forma paralela al eje de la Tierra. Además, no tiene gnomon. La hora se determina leyendo directamente la sombra de los números romanos proyectados sobre la línea meridiana. Fue diseñado y construido en la ciudad de San Rafael, en la provincia de Mendoza. Cuenta con la posibilidad de realizar ajustes para mantenerlo en hora. Los relojes de Sol sólo dan la hora exacta cuatro veces al año. El resto del tiempo introducen un error de hasta 15 minutos.