Skip to main content

Fosas submarinas 

Las fosas submarinas son estrechas y largas franjas que forman las partes más profundas del océano. Las mismas corresponden a zonas de convergencia de placas tectónicas; donde las mismas subducen y se hunden hacia el manto. 

Muchas de estas fosas se localizan en los bordes del Océano Pacífico, superando los 10.000 metros de profundidad. Por otra parte, en el océano Atlántico, sólo se encuentran dos fosas: la fosa de Puerto Rico, adyacente al arco de las Antillas Menores, y la fosa de las Sándwich del Sur.

¿Cuál es la importancia geológica que tienen estas fosas?

Representan sólo una pequeña parte del fondo oceánico, pero son estructuras geológicamente muy significativas. En el Pacífico occidental, donde parte de la corteza desciende hacia el manto se producen fosas profundas. Un ejemplo es la fosa de las Marianas, en la que la zona más profunda se encuentra cerca de los 11.000 metros por debajo del nivel del mar. 

 ¿Están asociados los sismos y los volcanes a las fosas submarinas?

Paralelo a las fosas se encuentran miles de volcanes activos. Los mismos forman arcos de islas volcánicas en los océanos o los llamados arcos volcánicos continentales cuando se encuentran en los continentes, como existe por ejemplo en parte de la Cordillera de los Andes. 

Además, en estas zonas, se libera grandes cantidades de energía cuando se produce un  reacomodo entre las placas tectónicas, produciendo importantes terremotos. 

Imagen: Distribución de los terremotos superficiales, intermedios y de foco profundo. Nótese que los terremotos de foco profundo coinciden con las fosas submarinas.

Anillo de fuego – un límite oceánico rodeado de fosas

La gran cantidad de fosas y la actividad volcánica y sísmica asociados a lo largo de los bordes del océano Pacífico, forma una región conocida como el Anillo de Fuego. Esta zona, geológicamente muy activa, incluye una cadena de volcanes distribuidos a lo largo de la costa occidental de Sudamérica y Norteamérica, incluidas la Cordillera de los Andes y la Cordillera Cascade del oeste de Norteamérica. Las regiones más activas se ubican en islas volcánicas adyacentes a las fosas oceánicas profundas del pacífico. Esta cadena casi continua de volcanes se extiende desde Japón hasta Nueva Zelanda. 

Fosa de las Marianas

Ubicada en el Pacífico, al este de Filipinas y a 200 kilómetros de las Islas Marianas, esta fosa se distingue como una cicatriz en forma de media luna en la corteza terrestre submarina. Tiene una dimensión de 2550 km de largo y 69 km de ancho. Si el Monte Everest, la cima más alto del mundo, cayera dentro de esta fosa, le faltarían aún casi 2 km para llegar a la superficie del mar. 

Imagen: Ubicación de la Fosa de las Marianas.

En enero de 1960, el teniente Don Walsh de la marina estadounidense y el explorador Jacques Piccard, descendieron en el Batiscafo Trieste (un pequeño vehículo de inmersión profunda) al fondo del abismo llamado Challenger Deep, la zona más profunda de la Fosa de las Marianas.

Imagen: Imagen del submarino Batiscafo Trieste, la única expedición realizada con humanos en la fosa de las Marianas.

Luego de aproximadamente seis horas de inmersión, alcanzaron el fondo a 10.912 metros, una profundidad récord en el descenso humano que hasta el día de hoy no ha sido superada, una zona donde hay una presión más de 900 veces superior a la presión atmosférica normal. 

Sin embargo, hace poco tiempo y gracias a un accidente en una expedición que tenía el objetivo de registrar el paisaje sonoro submarino, se descubrió que el Challenger Deep es más profundo de lo que se imaginaba. 

Una nueva medida para el Challenger Deep 

Una sonda con diversos instrumentos lanzados hacia el Challenger Deep implosionó durante la expedición quedando inutilizable debido a las altas presiones. Por suerte, los científicos pudieron medir el rebote de ondas sonoras de la implosión, registradas por otro dispositivo del barco, para calcular una de las mediciones más precisas jamás tomadas de la profundidad de Challenger Deep.

Las mediciones anteriores se agrupaban entre 10.900 y 10.950 metros de profundidad, pero gracias a este accidente se reveló una nueva estimación: unos 10.983 metros de profundidad. 

Una de las preguntas que deviene de todo esto, es si hay vida en las mayores profundidades del Océano. Con la inmersión histórica de Piccard y Walsh en 1960, se pudo responder esta pregunta. Hay vida en las profundidades del océano, el submarino iluminó y pudo observarse a una criatura parecida a un pez plano en aquella expedición. 

En los últimos años, submarinos no tripulados han descubierto organismos extraños como anfípodos parecidos a camarones y exóticos animales translúcidos llamados holoturias. Sin embargo, se cree que existen muchas más especies en espera de ser descubiertas. 

A modo de cierre compartimos un link muy interesante que muestra la vida presente a lo largo de las profundidades del océano:  https://neal.fun/deep-sea/

Por Giselle Carino, integrante de Plaza Cielo Tierra.