Por Román  Vena Valdarenas

 

 

Venus es el planeta más cercano a la Tierra cuando se encuentra en la distancia más próxima a nuestro planeta. Desde las primeras misiones espaciales de la Unión Soviética y Estados Unidos en la década de 1960, muchas misiones han sido enviadas para explorar el planeta, y varias más están planeadas para los próximos años. Esto conducirá a importantes descubrimientos y avances en lo que podemos comprender sobre Venus.

 

Venus envuelto en nubes turbulentas. Composición de falso color capturada en 1974 por la sonda espacial Mariner 10.

 

¿Qué sabemos de Venus?

 

Venus es un planeta rocoso y el segundo en distancia desde el Sol. Su atmósfera está compuesta principalmente de dióxido de carbono con nubes de ácido sulfúrico. La presión atmosférica en la superficie es más de 90 veces la de la Tierra, lo que es equivalente a la presión que un ser humano sentiría a una profundidad de casi 900 metros bajo el agua en nuestro planeta.
La densa atmósfera de Venus causa un intenso efecto invernadero que resulta en temperaturas superficiales extremadamente altas, incluso más calientes que las de Mercurio (el planeta más cercano al Sol). Las temperaturas en la superficie pueden superar los 450 grados Celsius, lo que las convierte en las más altas de cualquier planeta en el sistema solar. Además, Venus tiene una rotación retrógrada, es decir que gira sobre su eje en sentido opuesto a los demás planetas del sistema solar. Su día, que dura aproximadamente 243 días terrestres, es más largo que su año, que es de aproximadamente 225 días terrestres.
Venus muestra evidencia de actividad volcánica pasada y presente. Se cree que su superficie está cubierta por vastas llanuras de lava y volcanes, aunque no se ha observado actividad volcánica en tiempo real debido a las densas nubes que ocultan la vista de la superficie. 
La superficie de Venus es extremadamente inhóspita debido a las altas temperaturas, la presión atmosférica extrema y la composición tóxica de la atmósfera. Las sondas espaciales que han aterrizado en Venus han sobrevivido sólo durante un corto período antes de ser destruidas por las condiciones extremas. 
Con una serie de características únicas y extremas, Venus es uno de los objetos más intrigantes del sistema solar. Su ambiente inusual y hostil han hecho que su exploración sea un desafío, pero también ha impulsado un mayor interés en entender los procesos que han llevado a su actual estado. A continuación se mencionan algunas de las misiones más importantes.

 

Misiones realizadas hacia Venus

 

La siguiente misión, Venera 1, fue lanzada exitosamente pero no se completó como debía a causa de un problema con su sistema de comunicación. Y aunque no logró entrar en la órbita venusiana, pasó cerca del planeta. A pesar de este fallo, marcó un hito como la primera misión interplanetaria.
La primera misión exitosa a Venus fue realizada por la NASA en 1962 con la sonda Mariner 2. Esta misión consistió en un sobrevuelo y proporcionó las primeras mediciones de la atmósfera y la temperatura de Venus, lo que ayudó a los científicos a entender mejor las condiciones del planeta. 

 

Primeras misiones espaciales a Venus. (Izq.) Sonda Soviética Venera 1. (Der.) sonda Mariner 2.

 

Posteriormente, luego de algunas misiones fallidas de la Unión Soviética, La sonda Venera 2 logró realizar un sobrevuelo exitoso en 1965; y en 1966, la sonda espacial Venera 3 se convirtió en la primera nave terrestre en impactar sobre la superficie de otro planeta, pero el sistema de comunicación falló antes de que los datos puedan enviarse a la Tierra. 
En 1967, equipada con sensores de presión, termómetros y un analizador de gases, Venera 4 se convirtió en la primera sonda en penetrar la atmósfera de Venus y proporcionar mediciones directas de las condiciones atmosféricas del planeta. Ese mismo año Estados Unidos lograba otro sobrevuelo exitoso con la sonda Mariner 5. A esta misión le siguieron otras de la Unión Soviética también exitosas.
La Venera 7, lanzada en 1970, fue la primera nave espacial en aterrizar en otro planeta. Llevaba una serie de instrumentos científicos que midieron la temperatura, la presión, la velocidad del viento y la composición química de la atmósfera de Venus. Las misiones Venera continuaron hasta 1983, con un total de 16 misiones enviadas en las que se obtuvieron datos muy importantes y las primeras imágenes de la superficie de Venus.

 

Imágenes de la superficie de Venus. Arriba: Composición a partir de los datos de la sonda Venera 13, donde se observa parte de la nave y de la superficie del planeta. Abajo: Proyección en perspectiva de la imágen panorámica con proyección esférica. Crédito: Don P. Mitchell

 

En 1978 se lanzó la misión espacial Pioneer Venus de la NASA que llevó a cabo la primera cartografía de radar de la superficie de Venus, así como mediciones de la atmósfera. Este estudio se completó con las sondas Soviéticas Venera 15/16 y Magellan de la NASA, con radares de alta resolución, mapeando mejor la superficie del planeta revelando montañas, cañones y volcanes.

 

Imágenes de radar de Venus. Izquierda: Imágenes del casquete norte de Venus obtenidas con las sondas Venera 15/16. Primer estudio de alta resolución de la superficie de Venus, utilizando radar de apertura sintética y altimetría de radar. Derecha: Mosaico de las imágenes de radar de la sonda Magellan que mapeó aproximadamente un 98 % de la superficie de Venus. Créditos: Don P. Mitchell

 

Entre las últimas misiones que se llevaron a cabo para estudiar a Venus se encuentran: la sonda Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzada en 2005 y operativa hasta 2015. Se enfocó en el estudio detallado de la atmósfera de Venus y proporcionó información sobre la composición atmosférica, los patrones climáticos y la interacción con el viento solar en Venus; y la sonda Akatsuki de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), que lanzada en 2010 estudió la atmósfera y el clima de Venus. A pesar de un fallo inicial en la inserción orbital, logró con éxito entrar en órbita en 2015.

 

Misiones futuras a Venus

 

En los próximos años, alrededor de 2030, la NASA y la ESA tienen planeadas algunas misiones espaciales a Venus. Entre las más importantes se encuentran: 
VERITAS (Venus Emissivity, Radio Science, InSAR, Topography and Spectroscopy). Esta misión de la NASA tiene como objetivo cartografiar la superficie de Venus con un radar de apertura sintética (SAR). Esto permitirá comprender mejor la geología y la actividad volcánica pasada y presente del planeta, además de determinar si hay actividad tectónica actual. La misión también busca identificar y caracterizar rocas ígneas y metamórficas en la superficie venusiana.
DAVINCI+ (Deep Atmosphere Venus Investigation of Noble gases, Chemistry, and Imaging). Otra misión propuesta por la NASA, DAVINCI+ se centraría en analizar la atmósfera de Venus en detalle. La sonda entraría en la atmósfera venusiana midiendo la composición química, y buscando pistas sobre la historia temprana del agua en el planeta. También se espera obtener imágenes de alta resolución durante el descenso.
EnVision. Esta es una misión propuesta por la Agencia Espacial Europea (ESA) que tiene como objetivo estudiar Venus y su geología. EnVision incluiría un radar de apertura sintética para cartografiar la superficie venusiana y estudiar la actividad tectónica y volcánica. También investigaría las interacciones entre la atmósfera, la superficie y el interior del planeta.
A través de las misiones pasadas y presentes se ha aprendido mucho sobre Venus. La atmósfera densa del planeta es extremadamente tóxica para los seres humanos y es muy difícil para las naves espaciales sobrevivir en ella durante mucho tiempo. 
Las mediciones de la atmósfera de Venus han revelado que hay vientos extremadamente fuertes en la atmósfera superior, que soplan a más de 350 km/h. También se ha descubierto que hay nubes de ácido sulfúrico en la atmósfera que pueden alcanzar altitudes de hasta 70 kilómetros sobre la superficie del planeta. Además, las misiones han proporcionado información sobre la estructura y la composición de la superficie del planeta. La cartografía de radar ha proporcionado mapas detallados de la superficie del planeta, lo que ha permitido a los científicos estudiar las características geológicas del mismo.